En apenas tres meses, la provincia de Neuquén logró recuperar 162.000 litros de aceites usados, un volumen que, de no haber sido recolectado, habría puesto en riesgo miles de litros de agua y obstruido redes cloacales. Esta cifra revela el impacto positivo de una política ambiental efectiva, enfocada en la economía circular.
Cada mes se recolectan, en promedio, 50.000 litros de aceite mineral y 4.000 litros de aceite vegetal. Estos residuos, altamente contaminantes, suelen terminar en el suelo, el aire o los cursos de agua si no se gestionan adecuadamente.
La recolección está a cargo de una empresa privada que no representa un costo para el municipio. El aceite recolectado se almacena, se transporta a Bahía Blanca y se transforma en biodiésel, un combustible renovable que reemplaza al gasoil convencional.
De esta forma, la ciudad no solo evita la contaminación, sino que convierte un desecho en recurso energético. Este modelo demuestra que con planificación, incluso un residuo peligroso puede reintegrarse en un ciclo productivo sostenible.
Fuente: Noticias Ambientales