El presupuesto que la Argentina destinará en 2025 al pago de la deuda pública equivale a 37 veces el total de las partidas ambientales. Con una fracción del superávit fiscal, el Gobierno podría cubrir gran parte de las necesidades de este sector y revertir el ajuste que atraviesan los principales organismos de protección ambiental.
Desde el inicio del mandato de Javier Milei, el recorte real del presupuesto nacional entre 2023 y 2025 asciende al 26,5%. Pero la reducción no fue pareja: nueve de cada diez programas ambientales sufrieron caídas que van del 28,1% al 83,2%.
Así lo advierte un informe de 45 páginas de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), que analizó el financiamiento asignado a organismos responsables de tareas claves como el saneamiento del Riachuelo, la prevención de incendios forestales, el cuidado de parques nacionales y el funcionamiento del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Por segundo año consecutivo, la prórroga presupuestaria otorgó al Ejecutivo un amplio margen para reasignar recursos, lo que derivó en fuertes recortes a las políticas vinculadas al ambiente, el clima y la biodiversidad.
“Contamos con un Monitor del Presupuesto Ambiental que actualizamos cada tres meses. Los montos son bajos, pero lo más preocupante es la falta de ejecución: hay programas que apenas llegan al 5% anual”, advirtió Andrés Nápoli, director de FARN, en diálogo con Infobae
Fuente: Economía Sustentable