La buena noticia es que la deforestación en Brasil ha disminuido un 11,6% en 2023, según los datos del último informe de MapBiomas, una iniciativa que recoge datos de ONGs, universidades y empresas tecnológicas para monitorear la transformación del territorio brasileño.
Sin embargo, una lectura detallada de los datos revela ciertas vulnerabilidades, ya que el 85% del territorio comprometido por la deforestación ilegal se concentra en dos zonas del país, a saber, la Amazonia y lo que se define como la sabana brasileña, el Cerrado, el segundo mayor bioma de América Latina, con una superficie de dos millones de kilómetros cuadrados, equivalente al territorio de México.
El Cerrado incluso superó a la Amazonía por primera vez desde 2019, cuando se puso en marcha el sistema de alertas MapBiomas. Con un 61%, el Cerrado es actualmente la región brasileña más amenazada ambientalmente. La deforestación se concentra principalmente en un área, Matopiba, que incluye los estados del norte de Brasil de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía. El pico, con 6.691 hectáreas deforestadas, se registró en Alto Parnaíba, en Maranhão.
Las que sufrieron en 2023 fueron principalmente las reservas indígenas, donde la deforestación aumentó un 188% en comparación con 2022, mientras que el 70% de los municipios de la zona registraron tasas de deforestación significativas. La principal causa de este escenario es el crecimiento exponencial de los cultivos de soja.
Fuente: Noticias Ambientales